Dirección: Antonio Medina
Intérpretes: Carmen Morales, Bruno Squarcia y Antonio Medina. Con la colaboración especial de Fernando Delgado y Elena Sendon.
Parece ser (y lo que parece, casi siempre es cierto) que en los ensayos de "Ninette" en el teatro de la Comedia, donde fue estrenada, había un momento en el que Mihura (que dirigía su función) se daba media vuelta en el patio de butacas, enfilaba el pasillo de malos modos y se iba a la calle, refunfuñando. Y así un día y otro.
Hasta que, en uno de aquellos ensayos, Rafael López Somoza (genial actor) se dirigió a él y le dijo con su entonación sabia y chulescamente madrileña: - Oiga usted, señor Mihura... - Dígame, Don Rafael -le respondió Mihura con idéntico soniquete. - Pues que vengo observando que todos los días, en un determinado momento del ensayo, siempre el mismo y en una frase que me corresponde, usted abandona el patio de butacas sumamente contrariado... ¿Es que hago algo mal? - En efecto -contestó Mihura-. Yo también vengo observando que usted, repetidamente, se come del texto una "Y". A lo que Somoza le espetó con agudeza: - ¿Qué yo me como una copulativa...?
Pues bien, ésta ha sido la base de nuestro montaje de "Ninette"... No nos hemos comido ni una sola copulativa. Hemos sido fíeles a la rigurosidad de Mihura. Todo está en Miguel. Hay que hacer su obra en serio, tal y como él concebía el humor y su trabajo.
En Mihura, como en cualquier buen autor, nada se narra ni se explica, todo viene dado por las situaciones de los personajes.
Y, eso sí, hemos puesto de nuestra parte todas nuestras "íes" de entusiasmo, de dedicación, de entrega, sensibilidad y talento, que nos han sido otorgadas.
Y, como en el teatro, para que se consiga el éxito o al menos la armonía, es necesaria la uniformidad del llamado "triángulo de fuerzas", (actor, autor, público) unamos nuestro interés por el hecho escénico.
Y ya que la unión es cópula, y que de "copulativas" hablamos, dispongámonos, sin falsos pudores moralistas, sin miedos -pues que la unión hace la fuerza- al maravilloso acto de amor artístico teatral: "El ménage a trois triangular" y obligadamente equilátero.
Intérpretes: Carmen Morales, Bruno Squarcia y Antonio Medina. Con la colaboración especial de Fernando Delgado y Elena Sendon.
Parece ser (y lo que parece, casi siempre es cierto) que en los ensayos de "Ninette" en el teatro de la Comedia, donde fue estrenada, había un momento en el que Mihura (que dirigía su función) se daba media vuelta en el patio de butacas, enfilaba el pasillo de malos modos y se iba a la calle, refunfuñando. Y así un día y otro.
Hasta que, en uno de aquellos ensayos, Rafael López Somoza (genial actor) se dirigió a él y le dijo con su entonación sabia y chulescamente madrileña: - Oiga usted, señor Mihura... - Dígame, Don Rafael -le respondió Mihura con idéntico soniquete. - Pues que vengo observando que todos los días, en un determinado momento del ensayo, siempre el mismo y en una frase que me corresponde, usted abandona el patio de butacas sumamente contrariado... ¿Es que hago algo mal? - En efecto -contestó Mihura-. Yo también vengo observando que usted, repetidamente, se come del texto una "Y". A lo que Somoza le espetó con agudeza: - ¿Qué yo me como una copulativa...?
Pues bien, ésta ha sido la base de nuestro montaje de "Ninette"... No nos hemos comido ni una sola copulativa. Hemos sido fíeles a la rigurosidad de Mihura. Todo está en Miguel. Hay que hacer su obra en serio, tal y como él concebía el humor y su trabajo.
En Mihura, como en cualquier buen autor, nada se narra ni se explica, todo viene dado por las situaciones de los personajes.
Y, eso sí, hemos puesto de nuestra parte todas nuestras "íes" de entusiasmo, de dedicación, de entrega, sensibilidad y talento, que nos han sido otorgadas.
Y, como en el teatro, para que se consiga el éxito o al menos la armonía, es necesaria la uniformidad del llamado "triángulo de fuerzas", (actor, autor, público) unamos nuestro interés por el hecho escénico.
Y ya que la unión es cópula, y que de "copulativas" hablamos, dispongámonos, sin falsos pudores moralistas, sin miedos -pues que la unión hace la fuerza- al maravilloso acto de amor artístico teatral: "El ménage a trois triangular" y obligadamente equilátero.
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